Comprometidos con nuestro legado
Recordamos con auténtico cariño, el mayor de los respetos y una profunda “Admiración” el legado familiar que comenzaron a forjar Isidoro Blázquez y Teresa Martín en el año 1932, con la participación precoz de su hijo Jacinto. Para algunos, “los abuelos”; para los más jóvenes, “los bisabuelos”; y para toda la familia Blázquez, el inicio de una empresa que hoy produce y distribuye por todo el mundo los mejores jamones y productos ibéricos.
En un pequeño pueblo castellano-leonés llamado Crespos comienza la fascinante historia de una joven pareja que decide arriesgar y embarcarse en la producción de jamones de cerdos ibéricos. A su favor juega su carácter inconformista y emprendedor, su obcecada atención a los detalles, el compromiso con la calidad y la garantía de un producto a la altura de los paladares más exigentes.
Inmediatamente clientes y establecimientos premian con una demanda cada vez mayor su minuciosa dedicación a los procesos de producción, así como la combinación de tradición y aires de renovación. Los jamones Blázquez empiezan a ser objeto de deseo cada vez en más puntos de España.
Una expansión manejada con tesón desde temprana edad por su hijo Jacinto, responsable de la selección de los cerdos ibéricos provenientes de Extremadura, y cuyo criterio sigue siendo hoy la base de la asombrosa genética de nuestros ejemplares.
Gracias a su esfuerzo y visión se asientan los pilares de la gran estructura de terrenos que vertebran las magníficas dehesas donde se alimentan de bellotas nuestros cerdos, así como la distribución a escala nacional de nuestros productos.
Sus hijos recogen el testigo conscientes de que el reto de romper los límites marcados implicaba un plan de inversiones, modernización y crecimiento en equipo, infraestructuras e instalaciones. Un proceso que nos ha llevado a multiplicar nuestra capacidad y estar en más de 50 países, así como ser una de las marcas más reconocidas en jamones, paletas, embutidos y carnes frescas de cerdos ibéricos.
Hoy, la cuarta generación Blázquez comienza a incorporarse, recorriendo pasillos cargados de una historia familiar de la que se sienten orgullosos y que desean llevar aún más lejos. Siempre, con la esencia de lo aprendido por las generaciones anteriores: dedicarse en cuerpo y alma a generar “Admiración”.
Isidoro Blázquez y Teresa Martín fundan en Crespos la empresa familiar dedicada a producir jamones ibéricos.
Con apenas 14 años, su hijo Jacinto Blázquez comienza a bajar personalmente a Extremadura a comprar los mejores ejemplares. Dichos viajes sirven posteriormente para ir adquiriendo las que serán dehesas de engorde de la compañía.
Con la llegada de la tercera generación y la dirección de Isidoro Blázquez (nieto), se asume internamente la distribución y la venta para gestionar de forma integral todo el proceso, desde la crianza hasta la llegada a los puntos de comercialización iniciando de uno de los periodos de mayor expansión de la empresa.
Se amplían las instalaciones de la fábrica de Crespos con un nuevo matadero y una sala de despiece, totalmente modernizadas y acorde con la nueva normativa derivada de la entrada de España en la Comunidad Económica Europea. Todo ello para mejorar los controles de calidad y supervisión, y que permiten además una mayor capacidad de producción.
La fuerte demanda motiva a la empresa a adquirir una segunda fábrica en Guijuelo para el curado y almacenaje de productos. El crecimiento de la marca Blázquez es exponencial.
Se crea la tercera fábrica en Guijuelo, que incorpora las tecnologías más innovadoras para acometer el crecimiento continuado de más de 30 años de buena gestión y los niveles de calidad propios del sello Blázquez. Se adquieren nuevas dehesas en andalucia y se levanta el edificio con las nuevas oficinas centrales en Salamanca.
Continua el crecimiento y adaptación de la compañía al proceso de crecimiento e internacionalización. Se adquiere la nueva fábrica de Peñaranda que permite multiplicar la producción de todas nuestras líneas.
Todo esto coincide con el momento de máxima internacionalización de la compañía, un proceso que comienza en 2007 con una identidad corporativa totalmente nueva y una calidad avalada por estrictos controles y certificaciones de sus materias primas, procesos de elaboración e instalaciones. En apenas 8 años miles de clientes de más de 50 mercados experimentan la experiencia de nuestra línea de productos “Admiración”.
Compromiso con la calidad en todo el proceso
Si nuestros cerdos ibéricos son la esencia de nuestros productos, y el oficio artesanal transmitido de generación en generación la inspiración para darle forma, nuestras instalaciones y metodologías son la columna vertebral que lo sostiene todo. Por eso en Blázquez invertimos constantemente para situarnos a la vanguardia de una industria donde la calidad depende de la supervisión de cada fase del proceso.
Nuestras dehesas e infraestructuras están localizadas en el oeste de la península, pasando por salamanca, extremadura y andalucía.
Alimentación
Más de 30.000 hectáreas de dehesas repartidas por Andalucía, Extremadura y Salamanca. Espacios privilegiados donde nuestros cerdos ibéricos se crían en libertad y se alimentan con las mejores bellotas en montanera. El lugar donde caminan sosegadamente los ejemplares que darán origen a los jamones, embutidos y carnes frescas más demandados por sibaritas de todo el mundo.
Despiece, Curación
Punto de partida de la historia de los jamones Blázquez, hoy con modernas instalaciones reservadas para sala de despiece así como curación de jamones y paletas. Mantiene el romanticismo y la fuerza vital de Isidoro y Teresa, nuestros fundadores.
Despiece, salazón, obrador de embutidos Curación, distribución
Diseñado como un centro integral donde controlar el ciclo completo del proceso de elaboración de jamones y paletas, con sala de despiece, de salazón y salas de curación, y adaptadas también para la fabricación de nuestros embutidos.
Salazón, curación, deshuese, loncheado Almacenamiento, distribución
Nuestras innovadoras instalaciones de Guijuelo, población reconocida mundialmente por los amantes del jamón ibérico, nos permite controlar en un mismo espacio las fases de salazón, curación, almacenamiento y expedición de nuestros productos, entre ellos la línea de “Admiración”.
Curación, almacenamiento
Estas instalaciones acogen la curación de embutidos y carne fresca, dos de las líneas de producto “Admiración” de Blázquez. Ha sido concebido además como un centro logístico innovador dedicado al almacenaje y distribución internacional.
Oficinas centrales, exportación Administración, márketing
Nuestras oficinas centrales están emplazadas en el corazón histórico de Salamanca, junto a su Plaza Mayor. Un edificio totalmente reformado donde se sitúa el puente de mando para hacer llegar los productos Admiración a cualquier parte del mundo.