30 Mar LA MAGIA DE LA BELLOTA, EL SABOR DE BLÁZQUEZ
Nunca algo tan pequeño había conseguido un reconocimiento tan grande. Dar nombre a un alimento con denominación de origen que se produce exclusivamente en la Península Ibérica: el jamón de bellota. Es un fruto que apenas alcanza el centímetro y medio y los cinco gramos pero que es el “ingrediente” que aporta la magnífica calidad de este manjar reconocido mundialmente. Además, a las bellotas les debemos, como semillas, las tradicionales dehesas tan características de España o Portugal y tan solo de algunos privilegiados países cálidos como Italia, Grecia, Francia o México.
¿Dónde se hallan las bellotas? En nuestro país, las encontramos en las dehesas de Extremadura, Andalucía y algunas zonas de Castilla-León como en Salamanca. Precisamente, las zonas donde Jamones Blázquez tiene 30.000 hectáreas con 90.000 encinas y alcornoques, dos de los 400 especies de árboles del género Quercus que tienen como fruto nuestras admiradas bellota. Y si no hay dos árboles iguales tampoco producen dos bellotas iguales. Algo que nosotros hemos comprobado muchas veces, cogiendo varias bellotas en nuestras dehesas y comparándolas de un simple vistazo.
Lo que exige un análisis más profundo es su composición. Muchos lo califican de “superalimento”.
Posee más de un 80% de ácido oleico, principal elemento del aceite de oliva virgen. Posee gran cantidad de proteínas, carbohidratos, antioxidantes, aminoácidos esenciales y es fuente de vitamina B6 necesaria para el correcto funcionamiento de los azúcares y las grasas del cuerpo. Además, aportan calcio, hierro, magnesio, potasio y fósforo. Entre sus beneficios: ayuda a reducir el colesterol malo, potencia el bueno, disminuye las enfermedades del corazón y las alergias, mejora la piel, previene la diabetes, mejora el movimiento intestinal…
Los humanos consumimos bellotas hace siglos pero dejamos de hacerlo, en parte, porque exige una trabajo laborioso que incluye desde pelarlos a desmallar o quitar los taninos, responsables de su amargor. Pero podemos obtener todos los beneficios de comer bellotas a través de un buen ibérico de Jamones Blázquez. Porque nuestros animales comen entre seis y diez kilos de bellotas al día en la época de la montería, en otoño, donde el alimento empieza a escasear en la naturaleza pero nuestras encinas y alcornoques nos dan lo que muchos califican de oro negro del campo. Otro beneficio indirecto de este momento: para recolectar y poder comer esa cantidad de bellotas, los cerdos recorren entre 10 y 15 kilómetros al día, un ejercicio básico para desarrollar su musculatura.
Nos sentimos privilegiados por poder caminar por nuestras dehesas en la montanera, entre encinas y alcornoques. Disfrutar del espectáculo de los colores de la naturaleza en otoño. Y caminar entre las bellotas del suelo, convertidas en un objeto de deseo para nuestros cerdos, como luego lo serán ellos para nuestros clientes en todo el mundo. Es una muestra de cómo en lo sencillo, en la esencia, está nuestra identidad. La identidad de Jamones Blázquez.